"Bushido es la aceptación total de la vida, vivir incluso cuando ya no tenemos deseo de vivir. Esto se logra sabiendo morir en cada instante de nuestra vida, viviendo el instante, el aquí y ahora, sumido en el eterno presente, en vez de abandonar el campo de batalla cotidiano. Para el Samurai, la vida es un desafío, y la muerte es preferible a una vida indigna o impura."
"Me dijeron que un maestro del sable había dicho esto: "El Samurai debe entrenarse toda la vida", y para ello hay una razón. Al principio, incluso en caso de práctica regular, uno no tiene la sensación de progresar, uno se sabe poco hábil y ve a los demás a su propia imagen. En este estadio es inútil precisar que no se es de ninguna utilidad al servicio del Daimyo.
Cuando se alcanza un estadio mediano, uno no es todavía de gran utilidad pero toma consciencia de sus deficiencias y empieza a notar las imperfecciones de los otros.
Cuando un Samurai alcanza el nivel superior, es capaz de tomar, por propia iniciativa decisiones en cualquier situación, de tal manera que ya no necesita los consejos de los otros. Un Samurai es, podemos decirlo, útil al Daimyo.
Luego, por encima de este nivel, están aquellos cuyo rostro jamás revela lo que piensan, los que no hacen jamás gala de su habilidad, que fingen ignorancia e incompetencia. Y lo que es más, respetan la habilidad de los otros. Para muchos, esta es la ambición más alta. Pero a un nivel todavía más elevado existe un dominio que supera la habilidad del común de los mortales. El que se compromete a fondo en la vía de este campo, toma conciencia de que su entrenamiento será ilimitado y que no podrá estar jamás satisfecho de su trabajo. Por esto un Samurai debe conocer sus debilidades y pasar su vida corrigiéndolas sin jamás tener el sentimiento de haber hecho lo suficiente. No debe, naturalmente, tener demasiada confianza, pero tampoco sentirse inferior."
"Existe lo que se llama la actitud durante la tormenta. Cuando uno es sorprendido por una repentina tormenta, se puede o bien correr lo más aprisa posible o bien colocarse rápidamente bajo los aleros de las casas que bordean el camino. De todos modos nos mojaremos. Si uno ya estuviera preparado mentalmente a la idea de estar mojado, se estaría a fin de cuentas muy poco contrariado con la llegada de la lluvia. Se puede aplicar este principio con provecho en todas las situaciones."
Hagakure, Yamamoto Tsunemoto
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