lunes, 23 de junio de 2014

De morros contra la realidad (Y las que quedan)

¿Puede ser que lo haya vuelto a hacer?
¿He creado un sueño dónde me peleo con todo,
mientras que en el mundo real sólo daño a aquellos que me quieren?

Joder, esto de despertar es más difícil de lo que creía.

¿Será que tengo que llevar la guerra hasta donde nadie pueda verla?
Porque a nadie le interesa que un crío arrogante crea que ha encontrado la verdad.
Cada uno tiene sus problemas, y los míos no son más importantes.

¿Hago apología a lo listo que me creo, hablando de lo estúpido que he descubierto que soy?
Deshacer contradicciones es difícil, y cada vez son más a las que tengo que hacer frente
¿Debo arrodillarme ante el sistema para que éste me deje levantarme?
Porque por mucho que diga que no lo necesito, sigo usando dinero.
Dinero que no es mío. Es de quien me dió la vida.
Pagan mis facturas, mi comida, mis vicios, mi educación.
Intentan ayudarme y entenderme
¿Y ni siquiera reciben respeto a cambio?
¿Hasta qué punto soy un cabrón desagradecido?
¿Cómo he sido capaz de dejar tantos deberes pendientes?
¿Por qué sigo escribiendo mis penas en vez de cambiar todo lo que tanto dolor me produce?

Aunque me haga el fuerte, sigo siendo débil.

Supongo que llegados a este punto, sólo escribir me alivia.
Mi pequeña contribución a los problemas de otros
Un pedazo de mi mente para el que esté dispuesto a leerla.
Una sesión de psicólogo gratis.
La mierda que llevo dentro de la cabeza se ve diferente cuando está escrita.

Pero eso no mejora mi situación, tengo que esforzarme más.
Tengo que interiorizar todo el dolor, y no provocárselo a los demás
Mi amargo secreto, mi profunda depresión
Porque en la pelea conmigo mismo no necesito salpicar de sangre a nadie más.

Aunque no sacarlo sea más doloroso
Prefiero eso a amargar a los míos
No quiero marchitar las flores a mi paso
Porque cuando quiera verlo, estaré en el desierto
Solo.

Y no necesito a nadie para salir de este pozo
De todos modos, nadie puede ayudarme.

Pero si salgo no quiero haberlo hecho a costa de tirar a otros dentro.

De la rabia que me provoca mi impotencia saco nuevas fuerzas
Eso me quema por dentro, y no le temo al fuego.
Pero sí a las cenizas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario