sábado, 28 de junio de 2014

Estar vivo, sobrevivir, vivir

Últimamente lo estoy pasando bastante mal, y probablemente sea porque hasta ahora siempre me lo he pasado bien sin importarme lo malo. He aborrecido lo bueno, y me he fijado sólo en lo malo. En lo malo del mundo, de la sociedad, de mí.
Y son muchas las cosas malas del mundo, muchos mis defectos.
Uno de mis grandes defectos es mi pereza, mi tendencia a creer que todo es fácil y sencillo. Mi actuación en consecuencia a ese pensamiento, mi tendencia a no esforzarme, a no entrar en el juego.
Pero la realidad es otra, he podido sobrevivir gracias a mis padres. No gracias a mi supuesta habilidad.
Partiendo de ahí, va siendo hora que empiece a sobrevivir por mí mismo. No soy ni tan habilidoso, ni tan listo, ni tan gracioso como creía. Pero puedo llegar a serlo, aunque convertirme en quien quiero ser sea un proceso lento y doloroso, aunque pincharme en mis defectos hasta que no quede sangre me haga infeliz. Me lo debo. Se lo debo a los que creen en mí.
Nada es sencillo. Y ya me gusta que sea así, uno se puede complicar la vida tanto como quiera, y ante la dificultad el ingenio florece.
Mi vida es todo lo que tengo, me poseo a mí mismo, y no valoro demasiado mi posesión. No hay mucho que valorar. Por eso tengo que mejorar, primero debo deshacerme de los lastres que me impiden que evolucione, lo primero en caer fue mi mórbida autoestima, le sigue mi obsesión por el descanso, y posteriormente mi exagerada introversión.
Porque seguramente parezco un chaval extrovertido, pero sólo lo soy a la hora de hablar de temas banales, cuando se trata de temas importantes, temas que marcan la diferencia, ocasiones donde puedo abrirme al mundo, o provocar que el mundo se abra ante mí me abarca un miedo que me supera, que me hace callar o me hace mentir. Me da miedo desnudar mi alma en público, mucho.
Pero ya estoy harto de tener miedo a que me hagan daño, si no me arriesgo a que me hagan daño también estoy cerrando la puerta al placer.
Ya no me quiero, pero sigo teniendo altas expectativas en cuanto a mi persona, quiero llegar a ser una persona, ni un robot consumista, ni un listillo rebelde que dice no necesitar el sistema, ni un crío asustado que finge ser más listo que los demás, para ganarse su "respeto". No, quiero ser amable con los demás, quiero ser fuerte, resistente, sensible, inteligente, duro con quien se merezca mi enemistad, quiero poder esforzarme en aquello que realmente me importa, sin miedo a fracasar, sin dudas. Quiero tener fe en mí mismo, y quiero tener personas a mi alrededor que hayan demostrado ser dignas de mi fe.
Debería bajar del mundo de las ideas, dejar de preocuparme por la justícia en el mundo, por la libertad, por la sabiduría, por la moral. Pero nada ahí abajo parece tan importante como eso, ¿debería cambiar mi orden de prioridades? ¿Debería intentar disfrutar el hecho de estar vivo? Una mano amiga, un atardecer, una buena comida en buena compañía, unos ojos que me buscan entre la multitud. Todo eso me llena, pero no lo suficiente como para sentirme feliz.
¿Será que sentirme feliz me hace sentirme culpable? Suena a gilipollez, pero ya no puedo ignorar el sufrimiento ajeno, hay demasiadas personas ahí fuera muriéndose por guerras que no son las suyas, dando gracias por cada grano de arroz que comen, y yo aquí, en el primer mundo, sin tener que trabajar, sin tener que sufrir, atiborrándome a todos los manjares exóticos que me ofrece mi línea de supermercados más cercana, ahogándome en un vaso de agua. En mi propia mierda, por voluntad propia.

Me olvidé de mi mismo durante demasiado tiempo, y cuando recordé que dentro de mí había alguien que necesitaba atención ya era demasiado tarde, estaba hecho trizas. Pero con paciencia, autoexigencia y un poco de mala leche, creo que podré sacar algo de provecho de ese montón de mierda mental llamado Marc Real.
Quiero poder actuar en cualquier situación siendo fiel a mis principios, no siguiendo unos patrones de lo "socialmente aceptable" quiero poder vivir en cualquier entorno, por muy hostil que sea.

Aprender a improvisar, para así poder vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario